Recuperación de adicciones: las 5 etapas del cambio

La adicción es una enfermedad compleja y desafiante que afecta a millones de personas en todo el mundo. Puede ser difícil de superar, pero con el tratamiento y el apoyo adecuados la recuperación es posible. Uno de los componentes clave para una recuperación exitosa de la adicción es comprender las etapas del cambio. El modelo de etapas de cambio está diseñado para brindarle una hoja de ruta para la recuperación y brindarle un sentido de estructura que puede ayudar en la prevención de recaídas. Puede utilizar las etapas de cambio de forma independiente o junto con un programa de tratamiento de adicciones.
Precontemplación
La primera etapa del cambio se conoce como precontemplación, que se refiere a la fase inicial en la que es posible que un individuo aún no esté considerando ninguna modificación en su comportamiento. En este punto, es posible que ni siquiera perciban su consumo de sustancias como un problema o no comprendan plenamente los efectos perjudiciales que puede tener en diversos aspectos de sus vidas. En consecuencia, durante esta etapa crucial, resulta esencial que quienes se preocupan por el individuo expresen una preocupación genuina y ofrezcan un apoyo inquebrantable, sin ejercer ninguna presión indebida ni intentar forzarles a cambiar prematuramente.
Contemplación
En la etapa de contemplación, las personas comienzan a reconocer que el uso de sustancias está causando diversos problemas y desafíos en múltiples aspectos de su vida, como sus relaciones, su desempeño laboral o escolar, su bienestar general y su calidad de vida general. Es posible que comiencen a reflexionar profundamente sobre su situación actual y a reconocer las consecuencias negativas asociadas con el uso de sustancias. Esta conciencia emergente los lleva a reflexionar sobre la posibilidad de cambio, explorando los posibles beneficios y desventajas que tal cambio podría implicar.
Sin embargo, a pesar de este creciente reconocimiento e inclinación hacia el cambio, las personas pueden verse divididas entre emociones y pensamientos contradictorios, lo que las hace ambivalentes e inseguras a la hora de tomar medidas inmediatas. Pueden lidiar con una variedad de sentimientos y pensamientos, incluidas dudas, miedos, incertidumbres e inquietudes sobre los desafíos que podrían surgir durante el proceso de cambio. Esta etapa de contemplación puede persistir durante un período prolongado de tiempo, a medida que los individuos evalúan concienzuda y exhaustivamente los pros y los contras de alterar su comportamiento y, en última instancia, se esfuerzan por tomar una decisión informada sobre sus acciones futuras.
PREPARACIÓN
Durante la etapa de preparación, las personas han tomado una decisión consciente y decidida para lograr una transformación significativa en sus vidas, entendiendo la necesidad del cambio y aceptándolo de todo corazón. Participan activamente en la planificación meticulosa de su camino hacia esta transformación, considerando meticulosamente cada paso necesario para embarcarse en este viaje de superación personal. Con entusiasmo comienzan a buscar diversos recursos y sistemas de apoyo disponibles para ayudarlos en su esfuerzo, profundizando con entusiasmo en la investigación para explorar una variedad de opciones de tratamiento y obtener una comprensión integral de los diversos métodos y enfoques que existen.
Además, participan activamente en grupos de apoyo, donde personas con ideas afines ofrecen solidaridad, empatía y aliento, fomentando un ambiente positivo y enriquecedor que ayuda a su progreso. Sin lugar a dudas, esta etapa es absolutamente fundamental para sentar una base sólida y sólida que sea fundamental para garantizar la realización de un cambio exitoso e impactante.
Acción
La etapa de acción, que es la tercera etapa del proceso de cambio, se caracteriza porque las personas se embarcan activamente en medidas tangibles y prácticas para modificar su comportamiento y lograr mejoras significativas en sus vidas. Estos pasos pueden manifestarse de diversas formas, como buscar ayuda profesional a través de sesiones de terapia para obtener conocimientos, unirse a programas de tratamiento diseñados para abordar sus problemas específicos o incluso realizar modificaciones en sus elecciones de estilo de vida que respalden el cambio deseado. Participar en la etapa de acción exige una cantidad sustancial de esfuerzo, dedicación y perseverancia por parte de las personas mientras enfrentan los desafíos y obstáculos de frente. Sin embargo, esta etapa también tiene la distinción de ser la fase más aparente y observable de todo el viaje de cambio, donde las transformaciones y el progreso notables se vuelven visibles no sólo para el propio individuo sino también para el entorno que lo rodea.
Mantenimiento
La etapa final del cambio, conocida como mantenimiento, es una fase esencial y crucial que va más allá de la etapa de acción. Esta fase abarca los esfuerzos realizados para sostener los cambios que se realizaron durante la etapa de acción, lo que significa la importancia del compromiso y la dedicación a largo plazo. Sin embargo, es imperativo reconocer que esta etapa puede presentar su propia serie de desafíos, ya que las personas pueden encontrar diversos desencadenantes y tentaciones que potencialmente pueden atraerlas nuevamente a sus patrones anteriores de consumo de drogas o alcohol. Estos desencadenantes pueden ser factores externos como determinados entornos, situaciones o círculos sociales, así como factores internos como emociones negativas o factores estresantes.
Por lo tanto, para atravesar con éxito esta etapa, los individuos necesitan apoyo continuo, tanto de ellos mismos como de sus sistemas de apoyo. Este apoyo puede manifestarse de diversas formas, como prácticas de autocuidado, consultas periódicas con un terapeuta o grupo de apoyo, o incluso comunicarse con seres queridos que comprendan y alienten su viaje.
Además, el desarrollo y la implementación de estrategias de afrontamiento eficaces son cruciales durante esta fase, ya que pueden empoderar a las personas para superar los desafíos que puedan encontrar en el camino. Estas estrategias pueden variar desde practicar técnicas de atención plena, participar en actividades o pasatiempos saludables, cultivar una sólida red de apoyo o buscar ayuda profesional cuando sea necesario. Al aprovechar este apoyo e implementar estas estrategias de afrontamiento, las personas pueden fortalecer su determinación, permanecer firmes en su compromiso de cambiar y mantener con éxito su recuperación a largo plazo.
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